¿A qué niño no le gusta la nieve? Cuando piensas en llevarlos a las montañas nevadas, lo primero que te viene a la mente es el esquí. Es la actividad estrella en la nieve, pero hay más posibilidades para disfrutar de la nieve con niños. Te proponemos algunas experiencias para divertiros en familia.
Descubre Vall de Núria y la nieve con niños
¿Quieres que los pequeños de casa entren en contacto con la flora y la fauna y respiren aire puro? Acércalos a Vall de Núria, un rincón encantador entre cimas de casi 3.000 metros. El único modo de acceder a este valle es el tren cremallera, en un recorrido mágico que encantará a los niños. Parte de Ribes de Freser, pasa por el municipio de Queralbs y llega a la estación de esquí. En este entorno natural alejado del tráfico puedes animarles a subir sobre un ‘donut’ hinchable y bajar a toda velocidad por las pistas de ‘tubbing’. O pueden sentirse como indios por un día, lanzando flechas en medio del bosque con la práctica del tiro con arco.
Esquía en el Pallars Sobirà
Si quieres que tus hijos se aficionen al esquí como tú, acércate a Espot y Port Ainé. Las dos estaciones de esquí disponen de pistas de todos los niveles para que los pequeños empiecen a engancharse a esto de deslizarse por la nieve. Espot os proporcionará unas vistas espectaculares del Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici mientras esquiáis, y también actividades como el Disc Golf. Coged el disco volador y las cestas y probad este deporte, muy popular en Estados Unidos. Port Ainé, cerca de Sort, también os ofrece un bautizo de nieve con niños que quieran iniciarse en el mundo del esquí. Incluye el ‘forfait’, el alquiler de material y las clases, todo en un mismo ‘pack’.
De aventura en La Molina
La estación de la Cerdanya te propone el divertido Molina Parc Aventura, para niños a partir de 4 años. Encontrarán tirolinas para pasar de un árbol a otro, puentes tibetanos y de mono para no parar un segundo y lianas para saltar como si fueran Tarzán. Las horas pasarán volando con los más de 30 juegos para todas las edades y niveles. Los mayores de 7 años no pueden perderse la supertirolina de 250 metros. Y si les gusta probar cosas nuevas, anímales a montarse en un ‘segway’. Esta plataforma de dos ruedas y manillar se controla de pie con la inclinación del cuerpo y les fascinará. Podéis probarlo vosotros también. La Molina tiene varios circuitos de hasta 2 horas con desniveles y curvas para poneros a prueba. Seguro que repetiréis.
Adéntrate en Vall de Boí
Uno de los entornos con más encanto de los Pirineos de Cataluña es Vall de Boí, en la Alta Ribagorça. Entre sus valles y cordilleras se encuentra uno de los conjuntos de arquitectura románica más importantes de Europa. Y no lo decimos nosotros, sino la Unesco, que lo declaró Patrimonio de la Humanidad en el año 2000. Si queréis disfrutar de su belleza sin que los niños se aburran, os proponen el ‘videomapping‘ que recrea el ábside de Sant Climent de Taüll. Cuando vean proyectarse el Pantocrátor y los frescos originales del ábside, quedarán boquiabiertos. Y para conocer la comarca en profundidad, podéis recorrerla sobre unas raquetas de nieve, practicar esquí en la estación de Boí Taüll o disfrutar de sus especialidades gastronómicas más tradicionales.
La Costa Brava vista desde Vallter 2000
Tanto si eres debutante como todo un profesional sobre los esquís, debes conocer Vallter 2000. La estación del Ripollès permite practicar desde esquí alpino y nórdico hasta ‘snowboard’ y ‘freestyle’ en su Snowpark. Uno de los privilegios que te ofrece son las vistas de la bahía de Roses y el Cap de Creus de la Costa Brava desde una cota de 2.535 metros. Si os apetece disfrutar de ello mientras descansáis, podéis tomar algo en la terraza de Las Marmotas (una de las cafeterías a más altitud de Cataluña) y descubrir su mirador. Si, por el contrario, queréis disfrutarlo en marcha, calzaos las raquetas de nieve. La panorámica desde Rocs Blancs, donde podéis llegar en una excursión, no os decepcionará.